sábado, 21 de enero de 2017

Tierra



He mirado esta tierra y ya no es mía
se había mantenido latente
en un recodo cerca del corazón como el apéndice
sin función y tan solo con un nombre que no describe
la razón por la que se sitúa, ahí al ladito
tan vacío siempre y dispuesto a llenarse de mares,
de manos que señalan los mares y
de ojos que miran las marcas que recorren
los campos y los dedos de otras manos que se posan silenciosas
en unos labios que ya no besan porque ahora
se mantienen cerrados aguardando el cambio que es ya inevitable.

He mirado esta tierra y ya no es mía
si tan solo lo hubiese sido alguna vez
quizá también lo sería ahora
si tan solo yo hubiese sabido ser en ella
tal vez nos habríamos encontrado, al final
reconociéndonos como hermanas
que han convivido durante largo tiempo y se separan
ahora,
porque pasa la vida y las lleva a nuevas ellas.

Pero he mirado esta tierra y ya no es mía,
porque tal vez nunca lo fue.









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