viernes, 23 de septiembre de 2016

Arena

Qué somos
cuando no queda más que viento rozando en la cara
viento, rozando en la cara.

Trepa el dolor por las paredes y el contorno de las entrañas se tinta de azul
quedan, en mis dedos tus dedos, en mis labios tus labios,
en mi vientre tu pecho, en mi pecho tu espalda
en mi espalda la nada,
y el silencio
aparece de pronto
para llenar de blanco el recuerdo del recuerdo de ser,
una misma cosa:
polvo;
una misma cosa:
nada.

Y después el viento
trayéndome el reflejo de tu reflejo en mi mirada:
polvo;
y después la nada.

Tan sólo el eco que produce el chocar
de la arena contra la arena
del silencio contra la cara.

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